Planta 21, departamento 20-1, con terraza. $ 277.873 para comprar un lujoso departamento en el proyecto Soho 360, un edificio que será el más alto de Guayaquil, ubicado en el puerto Santa Ana, un emporio creado para albergar la infraestructura más cara y más hermosa de la ciudad.
El 30 de diciembre de 2020 Lina Paola Romero Vargas acepta las condiciones de Promotores Inmobiliarios Pronobis S.A. y del fideicomiso Soho (administrado de Fideval) y firma lo que se llamó el «Resumen Contractual de Soho 360». Además, autoriza a que se obtenga cualquier información de ella: créditos, referencias personales, comportamiento crediticio, cuentas de ahorro, corrientes, tarjetas de crédito, activos, pasivos.
Lo que nunca revisaron los promotores inmobiliarios y el Fideicomiso fue quién era el marido, la pareja sentimental, de la señora Romero, que debía pagar por 28 meses la suma total, incluido los gastos notariales, de 3.616 dólares mensuales -que se pagarían hasta diciembre de 2023-, y una entrada de casi $ 14.000. Eso más un parquero en el piso 1, número 79 de 12,50 metros cuadrados.
Nadie en Pronobis averiguó que la pareja de Lina era Leandro Norero. Como tampoco, nadie en Pronobis aceptó nuestro pedido de entrevista envida el 30 de octubre de este 2024.
El departamento del piso 21, con conexión directa con el control de acceso ubicado en la planta baja, se lo adecuaría con porcelanato italiano importado desde la fábrica ABK, madera lacada alistonada, generador de emergencia, entre otros detalles.
Un día antes del año viejo, Lina Romero firma la escritura pública «Promesa de compra venta del departamento en la Notaría Sexta del cantón Guayaquil cuya titular es la abogada Olga Baldeón Martínez; la apoderada especial de Fideval, Andrea Cecilia Rada; José Antonio Ponce Saá, gerente de Wulfbi S.A. y director financiero del Consorcio Nobis; y, Carlos Heinz Moeller, apoderado del Consorcio Nobis -esposo de Doménica Tabacchi- y presidente de Wulfbi. Esta última es la compañía dueña del terreno donde se levanta Soho.
Según el contrato, Lina Romero o “prominente compradora”, autorizó expresamente al Fideicomiso para que efectúe todas las investigaciones que razonablemente deba realizar para comprobar el origen de los recursos, y también el Fideicomiso adquiere el compromiso de entregar toda la información a las autoridades en caso de que se inicien investigaciones en contra de Romero. De encontrar alguna irregularidad en relación con el origen del dinero, se puede dar por terminado el contrato.
Lina Paola Romero Vargas, de 37 años, mantuvo una relación con el fallecido narcotraficante Leandro Norero. Su nombre figura en la red empresarial establecida por el capo, siendo procesada por presunto lavado de activos.
Romero nació en Colombia el 14 de junio de 1987 y en su cédula consta que es bachiller. Con Norero, habría tenido tres hijos. Según los chats hechos públicos por la Fiscalía en el caso ‘Metástasis’, ambos tenían un plan para fugarse al vecino país y comenzar una nueva vida allí. Pretendían vender un apartamento en Cali que ella aún conserva a su nombre.
En conversaciones fechadas el 23 de julio de 2022, los cónyuges hacían planes para mudarse a un lugar donde no fueran reconocidos. La idea era dejar sus propiedades, incluyendo un edificio y terrenos en operación en Ecuador, para obtener ingresos mensuales de allí. El resto de los bienes serían vendidos. “En mi tierra, la plata se triplica y se vive más que bien”, sugería Lina a Leandro.
Según revela la prensa ecuatoriana, el caso por lavado de activos en contra de Norero y su familia se inició el 12 de octubre de 2021. La Fiscalía empezó a rastrear una supuesta operación de blanqueo de dinero a través de la empresa SalónL&C, dedicada al tratamiento de belleza.
Una de las accionistas, presidenta y representante legal de SalónL&C es Lina Paola Romero Vargas, colombiana y la última pareja conocida del narcotraficante, antes de ser asesinado en la Cárcel de Cotopaxi, en octubre de 2022.
Según la investigación, a partir de 2020, los procesados en el caso presentaron un crecimiento económico injustificado mediante la compra, venta y/o donación de bienes inmuebles, sin que esos movimientos se hayan registrado en el sistema financiero nacional. Pero de todas formas los ponían a su nombre.
A través de esta triangulación de movimientos ilegales, Norero, sus familiares y sus asociados empezaron a lavar el dinero y a incrementar su patrimonio.
