Parafernalia y derroche. El 17 de mayo de 2022 la plana mayor del Partido Social Cristiano (PSC) se reunió en el Malecón 2000 para celebrar la firma del dragado de los alrededores del islote El Palmar.
Estaba la plana mayor del partido, hoy en decadencia, para escuchar un discurso lleno de lugares comunes y de palabras vacías que salían de la boca de la entonces prefecta, del Guayas, Susana González.
Estaban en primera fila el alcalde de exalcalde de Guayaquil, Jaime Nebot Saadi; José, «El Coco «Yúnez, viceprefecto; Dalton Narváez, exalcalde de Durán (antes de que se peleara con Nebot); Vicente Taiano, exasambleísta. En las elecciones para asambleístas recientes tanto Susana González, como Taiano, no obtuvieron curules.


«Priorizamos los recursos», dijo González. Claro, priorizó una obra, hoy inservible, de 44 millones de dólares que, un año después fue terminada por la nueva prefecta, Marcela Aguiñaga, ya que el consocio contratista, Dragando por Guayas, completó multas equivalentes al 5 % del valor del contrato. Tampoco cumplió el proyecto.

La obra empezó un año después y con atrasos evidentes que se veían venir, ya que se alertó antes de la firma, de que la empresa de China Tianrun, no había demostrado su experiencia dentro los formatos establecidos por el Sercop.
El mismo Sercop señaló que el contrato corría por cuenta y riesgo de la Prefectura, ya que la entidad de contratación pública encontró fallas en los documentos enviados por el consorcio.
Por otro lado, la misma González, había sugerido antes del firma del contrato, que la oferta de 33 millones de consorcio formado por la constructora Herdoiza era el más adecuado, y hasta lo publicitó por el portal La Posta, a través de Andersson Boscán, quien hizo comentarios en contra de los que criticaron esos costos «tan bajos».




González, señaló que el Guayas iba a recuperar su navegabilidad, se supone para los ríos Daule y Babahoyo, lo que carece de veracidad, ya que la construcción del Puente de la Unidad Nacional acabó con esa posibilidad mucho antes.
La navegabilidad en marea alta es factible para cierto tipo de embarcaciones desde el Daule, ya que desde el Babahoyo es más expedita.