El Consorcio Dragando por Guayas despidió hace un mes aproximadamente a casi toda su plantilla de ecuatorianos, ya que podrá cumplir con el dragado en los tiempos ofrecido en el contrato que suscribió con la Prefectura del Guayas durante la administración Socialcristiana que presidía Susana González.
Desde sus inicios, Guayaquil News cuestionó no solo la experiencia del las empresas que conforman el consorcio -Tianrun Grupo de Qingdao S.L, Kalkin S.A y Tyrone Leyva Castro-, sino la forma en que se planteó el dragado, ya que dentro de pocos años la zona se vuelve a sedimentar. Los 44 millones que costó la obra «serían tirados a la basura», ya que la falta de consolidación hidráulica completa y reforma del islote provocaría una nueva acumulación de sedimentos.
Aunque hasta mayo el dragado de profundización a ejecutarse en las áreas adyacentes al Islote El Palmar, incluidas dentro del área del proyecto, debía extraer un volumen
referencial de 6´166.096 metros cúbicos, y solo llevaría alrededor de 4 millones de m3, por lo que el consorcio ha parado la draga.
Los responsables de la obra le han dicho a los trabajadores despedidos que si logran el apoyo del presidente de la República, Daniel Noboa, podrían continuar dragando, pese a que quien los contrató es la Prefectura del Guayas, que ya les ha recargado multas por los atrasos.
Durante la administración anterior de la Prefectura del Guayas, de Susana González (Partido Social Cristiano), no hubo transparencia en el proceso de adjudicación del dragado de los alrededores de El Palmar: la draga tuvo 159 días de retraso hasta llegar desde China a Ecuador. Después hubo nuevos retrasos por la falta de capacidad técnica del grupo contratado.
El Sercop había advertido durante el proceso de contratación de la obra, que este adolecía de errores y que la responsable de su adjudicación, la exprefecta Susana González, tomaba bajo su riesgo esta adjudicación, como las consecuencias legales que podrían venir.