Nadie espera un Daniel Noboa endeble y calculador. Se espera una especie de Nayib Bukele. Así de sencillo. Hoy no funcionan ni los trances ni los “acuerdos”. Solo funciona la mano dura. Y la gente espera aquello, por eso voto.
Aunque quienes tienen aún la esperanza de que Daniel Noboa logre un cambio rotundo en la forma de gobernar, no han tenido buenas señales de él en las últimas semanas.
La primera alerta ha venido de los afines a Fernando Villavicencio, quienes han mostrado su malestar por una supuesta alianza entre el nuevo gobernante, el Partido Social Cristiano y el movimiento RC5. Alianza que no ha sido negada por el heredero de una de las mayores fortunas del país.
El nombramiento de Mónica Palencia como ministra de Gobierno cayó como un balde de agua fría. Ella fue la abogada que logró el sobreseimiento de Xavier Neira Salazar en uno de los procesos que le sigue la Fiscalía por falsedad de información bursátil, por las negociaciones irregulares de los dineros del Instituto de Seguridad Social de la Policía (Isspol), donde Neira tuvo una participación relevante a través de la casa de valores Citadel, en las negociones de bonos que el Isspol aún no logra recuperar en su totalidad.
También fue abogada defensora de Oriana Rumbea Thomas, pareja de Salazar, y funcionaria de alto rango en la Bolsa de Valores de Guayaquil (BVG) y en el Depósito Centralizado de Compensación y Liquidación de Valores (Decevale).
La Sala Penal de Guayas, en septiembre de 2022, confirmó el sobreseimiento en favor de Xavier Neira y Oriana Rumbea, por supuesta falsedad de información. El 11 de marzo de 2022, el juez Juan Carlos Salazar, sobreseyó a Neira y a Rumbea por considerar que no existían elementos suficientes para determinar su participación en este delito, por lo que levantó las medidas cautelares.
El Isspol, a través de sus nuevas autoridades nombradas en 2020 luego del escándalo y después de conocer que exfuncionarios del Seguro se confabularon para crear esta red que mermó las finanzas de la entidad, montó una lucha tenaz contra el sistema de corrupción y aún no logra su cometido en Ecuador, debido al dominio de la política por sobre la verdad.
Palencia tiene esa mochila con piedras en su espalda, por lo que su liderazgo para combatir la delincuencia será cuesta arriba con una Policía que ha sido afectada por su cliente: el hijo de un exdirigente del Partido Social Cristiano (PSC)
Noboa no ha dado muestras de lo quehará. ¿Mandará a consulta la propuesta de cambio rotundo de la Función Judicial como paso previo para combatir la delincuencia? Es decir ¿podrá lograr que los jueces no liberen a delincuentes? Seguramente, si tiene un acuerdo con Jaime Nebot y Rafael Correa, esto será una utopía.
Un pacto con dos de las fuerzas políticas más importantes del país tendrá no esa, sino otras exigencias. No hay patriotismo en el PSC y tampoco en RC5, sino intereses, como tampoco aprobaría propuestas que derriben su statu quo.
Seguramente no aceptarán perder sus espacios en la Justicia, en las comisiones de la Asamblea; no aprobarán reformas para incrementar las recaudaciones tributarias; tampoco aprobarán leyes “impopulares” salvo que los beneficie a ellos.
Rafael Correa pedirá que lo dejen volver, que su hermana controle la comisión que honró Fernando Villavicencio en la Asamblea, que no se investiguen los principales casos de corrupción, que cesen la fiscal general, Diana Salazar.
El PSC pedirá seguir controlando a la Superintendencia de Compañías y así mantener a salvo a las empresas de los dirigentes, afiliados íntimos al partido, financistas y amigos. Pedirá espacios de poder en los ministerios para abogar por importaciones de cereales, en el petróleo para los contratos de seguros y reaseguros, en las Aduanas, en la Superintendencia de Bancos.
En estas últimas semanas Daniel Noboa ha tomado algunas decisiones cuestionadas en el nombramiento de su gabinete, incluido Danilo Palacios (Grupo Palmar), de quien se ha dicho tiene activos en paraísos fiscales.
Esperamos que en breve Noboa habrá la boca para callar las voces de quienes lo señalan, de los que lo cuestionan, los que quieren que sea un Bukele y no un muñeco de cartón del PSC y el correísmo.
