Faltan apenas dos días laborables para que culmine el contrato de concesión de Andipuerto, el terminal granelero del puerto estatal de Guayaquil y la Autoridad Portuaria de Guayaquil (APG) aún no anuncia las medidas a tomar para evitar una crisis en el sector industrial.
A partir del lunes Astinave, de la familia Rizzo, no puede seguir operando el terminal granelero, ya que se da por terminada una concesión, sin que se haya llamado a un nuevo proceso de concesión y sin que tampoco se haya llamado a un operador temporal.
Son ya 25 años de concesión sin que la familia Rizzo Reyes haya realizado una inversión importante, cosa que sí ha hecho Contecon, operador del terminal de contenedores del puerto Libertador Bolívar de Guayaquil.
“La APG debe recibir el bien el 27 de mayo y llamar a un concurso de operador temporal hasta que se licite. Nada puede ser a dedo”, señalan operadores consultados.
A pesar de que Andinave no ha realizado inversiones relevantes en el puerto estatal, sí ha crecido con otras empresas familiares con las que, incluso, compite con el servicio que presta para el Estado, según pudimos comprobar en la información publicada por la Superintendencia de Compañías.
Los Rizzo Reyes tienen relación accionarial con Ecuabulk S.A. empresa dedicada a dar servicio a la carga internacional al granel en el río Guayas. Son dueños de Electroquil, Andigrain, Cargomar, Conventor, Terminal Logístico Durán, Consignatarios de Graneles (Congraneles S.A.) y Andilogística.
En 2017 compraron las acciones de Ecuabulk y Terminal Logístico de Durán fue constituida en el año 2011.
